
Si eres una persona sana y tienes el abrigo adecuado, no hay contraindicación para ejercitarse a bajas temperaturas. En cuanto a la alimentación, siempre se busca que ingieras mayor cantidad de calorías para compensar las que se gastan para mantener la auto-termorregulación.
Sin embargo, el cuerpo es muy sabio y tú mismo notarás que cuando hace mucho frio vas a preferir más energía de lo habitual. Un valioso consejo es que al terminar tu jornada de ejercicios cuando hace mucho frío, puedes evitar un resfriado cambiándote de ropa (de pies a cabeza) lo antes posible.
Las mujeres, incluso, deben cambiarse el sostén deportivo húmedo. Además puedes beber algo reconfortante, como un té caliente, café o un chocolate. Eso te permitirá entrar en calor más rápidamente.
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