
Si bien es cierto que la hidratación es fundamental para cualquier persona que hace deporte, la hidratación excesiva puede, además de poner muy pesado, provocar deseos de orinar en momentos inoportunos. Por otra parte corres el riesgo de que a tu organismo no le dé tiempo de procesar todo el líquido que ingieras. Eso trae como consecuencia que los electrolitos en sangre se diluyan (especialmente el sodio) y traiga consecuencias negativas para tu organismo.
Una buena manera de saber si estamos o no bien hidratados es prestándole atención a nuestra orina. Si ésta es amarilla oscura quiere decir que nos está faltando hidratación. Pero si por el contrario es demasiado clara o transparente estamos sobre hidratándonos. También hay quien se pesa antes y después de una carrera o jornada de entrenamiento para saber cuánto líquido perdió. Lo ideal es hacerte una prueba de sudoración o dirigirte donde un nutricionista capacitado en el área que pueda calcular tus requerimientos hídricos.
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