
Balance: debido a que en el ciclo de carrera la fase de doble apoyo (los dos pies apoyados en el piso) es muy breve o está ausente se requiere estabilidad tanto para mantener el apoyo en un solo pie como para estar con los dos pies en el aire.
Fuerza y potencia muscular: muchos grupos musculares se contraen rápidamente con gran fuerza, por esto se requiere de contracciones rápidas y precisas para impulsar el cuerpo hacia adelante y realizar pasos largos. Si pensamos en regiones como el tronco, encontramos aumentos en la rotación de la pelvis y la columna durante cada paso, que requiere altos niveles de fuerza muscular y estabilidad para garantizar la movilidad de las piernas, además del de los brazos.
Rango articular de movimiento normal: la mayor parte de las articulaciones se mueven en rangos extremos, son ejemplos: la articulación de la rodilla, está casi extendida cuando se apoya el talón, la articulación de la cadera, extendida por completo cuando apoyamos los dedos para despegar el pie y llevarlo hacia adelante. La herramienta para mantener el rango de movimiento articular es la flexibilidad.
Velocidad: para incrementar los pasos por minuto en la carrera y así lograr un mejor tiempo.
Agilidad: para acelerar y desacelerar durante la carrera.
Imaginémonos las citadas capacidades como una pirámide, donde el balance está ubicado en la base y las restantes, capa por capa, caen encima hasta llegar a la cima: be faster! Para ti, que quieres lograrlo, es importante la asesoría de un profesional que estructure un programa de entrenamiento basado en tus necesidades. Todos podemos correr, asesórate y entrena inteligente.
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